martes, 20 de enero de 2009

III. Una nueva vida


Samantha nunca había salido de su habitación en sus 17 años, no sabía cómo era el mundo fuera. Ella era una ignorante en cuanto a todo lo que rodeaba aquella habitación, y lo único que conocía era aquel árbol seco que se veía desde su ventana..
Rawllet entró en la habitación de Samantha y le dijo entre lágrimas:

-Samantha.. He sido un estúpido al tratarte de esta manera todos estos años, soy un hombre muy posesivo y reencoroso, por eso he hecho que lo pasases tan mal estos años de tu vida. Pero ahora, ahora no sabes cuando me arrepiento del daño que te he causado. ¿Podrías perdonarme? Quisiera compensarte con algo.

Samantha se levantó de la silla en la que estaba sentada y le miró fijamente:

-Amo, claro que le perdono, no necesito más que su amor para vivir, pero.. Hay algo que me gustaría que hiciese por mí.

-Dímelo, no tengas miedo.. Y deja de llamarme Amo.

-Rawllet.. Quiero.. ¡Salir! Quiero conocer el lugar donde vivo, quiero ver los pasajes que rodean mi vida, quiero verlo... Todo.

-Muy bien, sígueme.

Rawllet cogió de la mano a Samantha y la guió hacia su habitación:

-Sam, nunca has conocido el castillo donde vivías pero.. Todo esto se acabará, seré el mejor marido que puedas tener y te demostraré a tí todo el amor que no pude mostrarle a nuestra madre. Ven, pasa por aquí, ésta es mi habitación, coge lo que quieras de mi armario, pero que sea algo de abrigo, estamos en invierno, princesa.

-¡Ohhhh! Tu habitación es impresionante.. ¡Y es enorme!

La habitación de Rawllet se inspiraba en un estilo antiguo, sus ventanas eran grandes acompañadas por cortinas estampadas en azul y negro azabache, que cubrían toda la ventana impidiendo que saliera los débiles rayos del sol. Su cama era de matrimonio y se apreciaban detalles en la madera de roble en forma de rosas con espinas. En general, era una habitación preciosa, no muy iluminada al estar al gusto de Rawllet, pero sí muy amplia y algo siniestra.
Cuando entró Samantha, lo primero que le impactó en sus grandes ojos azulados fue el espejo. Rawllet tenía un espejo en su habitación que era tan grande como el armario que yacía a su lado. Sam se miró de abajo a arriba.. Contemplando su largo cabello rubio con matices dorados.. Su blanca piel con algunos moratones que, aún se marcaban.. Y lo que más le llamó la atención fueron sus ojos y sus labios. Nunca los había visto tan reesplendorosos, sus labios tenían un color rojizo como la sangre de una triste paloma.. Y sus ojos le recordaron a las gotas de agua que vertía aquel árbol seco cuando las nubes lloraban.
Después Samantha se acercó al armario y lo abrió. Estaba lleno de túnicas y abrigos. Parecían todos muy apropiados para una mañana tan fría como aquella, eso sí, Sam se fijó en que toda la ropa que había en aquel lugar era negra. Luego, pensó ella para adentro:

-"Todo lo que tiene es negro.. Su habitación es muy siniestra y tiene muchos detalles oscuros. ¿Será por la muerte de mi madre? ¿Será que vive con constante luto por su muerte? Tuvo que ser muy duro y doloroso para él."

Rawllet la miró y se acercó, luego estiró su índice señalando un abrigo largo de lana que tenía en la esquina izquierda del amplio armario de roble.

-Sam, ese abrigo era de tu madre, nunca lo usé, ni siquiera pensé que tú lo llevarías algún día. Pero seguro que te estará tan bien como le estaba a ella.
Samantha cogió aquel vestido largo y se lo colocó mirándose al espejo.

-Te queda precioso..

A Rawllet se le escaparon unas lágrimas al ver que Sam se parecía.. Quizás demasiado.. A su difunta madre.

-Tengo ganas de salir fuera, ¿Vamos?

Samantha cerró las puertas del armario con delicadeza y cogió de la mano a Rawllet.

-Samantha, tu vida empieza aquí, lo sabrás todo de tí, de mí.. Y sobre todo, serás una preciosa princesa..

¿Princesa?...

lunes, 19 de enero de 2009

II. El pasado




Samantha se acababa de despertar.. y vió como su amo abrió la puerta de su habitación, caminaba despacio y con cuidado de no despertarla pero ella le escuchaba perfectamente.

-Pobre mujer.. no sé si ella tendrá que ver con todo esto, pero me veo obligada a cuidarla como si fuera una hija para mí.. Aunque no lo sea.. Yo te amo Samantha.. Quizás no tengas la culpa de aquello...

Rawllet le acarició el rostro con su mano, aún caliente de las sábanas de su hermosa cama mullida.. Después, miró a Sam y le dió un beso tierno en sus rojizos labios húmedos..
Rawllet se fue a vestirse a su habitación, aún iba con aquel oscuro camisón negro que tenía de hace tantos años..

-Amo.. ¿Qué le harían?.. ¿Es que a caso tuvimos un mal pasado?.. ¿Por qué tantas preguntas en tan pocos segundos? ¿Soy sólo una carga para él.. o realmente me ama como dice?

Samantha se levantó y fue a vestirse a su armario, que aquello mas que un armario, parecía un mueble quebradizo y descuidado de muchos años atrás, con formas antiguas y volutas descoloridas.
Se miró al espejo y se dió cuenta de algo..

-¡Mis muñecas! ¡Al despertarme no me he dado cuenta de que no estaba atada! ¿Será esto una señal de amor por mi amo? Quizás..

A Samantha se le escaparon unas lágrimas que resbalaron por su pálido y tierno rostro.. hasta llegar a su pecho. Luego, se desnudó y se colocó aquel vestido negro con tantos encajes que tanto le gustaba a Rawllet.

-Hoy quiero estar impresionante para él..

Rawllet entró en la habitación de Samantha y le dijo..

-Ah, te has puesto ese vestido.. ¿Cómo sabes que me gusta? Bueno.. Sam.. hoy sabrás muchas cosas de mí que quizás no deba contarte, pero puede que debas saberlas.

Samantha con una sonrisa se dirigió a él diciéndole:

-Gracias.. Amo, pero ¿Por qué me trata ahora tan bien? No entiendo.. No le entiendo..

Rawllet bajó la capucha de la túnica que recientemente se había puesto, y peinándose su larga melena rubia contestó:

-Sam.. te he tratado tan mal estos años porque sólo me parecías la heredera de la maldad de una persona que, aunque no la recuerdas.. ni acaso la conozcas.. tiene mucha relación contigo.

Samantha se acordó en ese instante de las palabras que nombró Rawllet cuando ella supuestamente dormía.

-Amo, seguro que me merezco ese dolor, pero.. Me gustaría saber el porqué de él.. ¿Por qué está usted así? Es algo.. De su pasado, ¿Verdad? ¿Tiene relación conmigo? Cuénteme.. Por favor.

Rawllet se giró y miró a la pared que se situaba delante de Sam.. y sin mirarla a los ojos le dijo cobardemente:

-Tu.. madre.

Rawllet dijo esto con una voz temblorosa y tono muy bajo.

-¿Mi madre? ¿Cómo era mi madre? ¿Le hizo algo a usted?

Samantha se entusiasmó al saber que lo que ella escuchó aquella mañana cuando dormía, iba a ser revelado por su amo, y al fín sabría el porqué de todos los sucesos y de todos los años de dolor que pasó junto a él.

-Samantha.. A tu madre yo la llamaba.. Mamá.

-¡¿Cómo?! Esque.. ¿Somos hermanos?

-No exactamente querida mía.. Tú madre me adoptó cuando yo tenía sólo 11 años, entonces todo iba bien.. Mi madre era mi Diosa, mi única mujer, sólo estábamos ella y yo en éste mismo castillo. Pero un día.. Un mal día.. Me enteré de que quedó con un hombre, un hombre al que odié únicamente al saber su nombre.. Neil...
Quise destrozar la relación que tenía con mi madre, porque mi madre era sólo mía.. E incluso, me enamoré de ella, era preciosa, una belleza, e incluso su nombre lo era, Elisabeth.. Entonces quise quitárlo de mi vida y la verdad esque me salió bastante bien.

-No tengo palabras Amo..

Samantha le escuchaba con ansia e interés, en sus 17 años recién cumplidos nunca había entablado una conversación así con Rawllet.

-Sigo, Sam..

Rawllet se aclaró la voz dándo un pequeño pero sonoro tosido y sentándose en una silla mirando por la ventana continuó:

-No quise creer que mi madre y Neil tuvieron relaciones íntimas, pero así era.. Yo no le soportaba, y menos mal que nunca pasó por el castillo porque si lo hubiera hecho, se hubiera arrepentido terriblemente.
Le pregunté a mi madre porqué amaba a Neil y no a mí.. Ya que siempre estuvo conmigo y no con él.. Y ella me dijo claramente lo siguiente.. Lo recuerdo como si fuera ayer.. "Hijo mío, tú no puedes amar a tu madre, porque es la persona que te cuida y te educa, Neil me dá lo que tu nunca podrás darme y a la vez, lo que podrás dar en un futuro a tus lejanas novias"
Eso me destrozó.. De hecho nunca he entendido la diferencia de amor de pareja y amor de familia.. Nunca.
Bueno.. Sigo hablando de Neil. El día de mi cumpleaños, 31 de Noviembre, le dije a mi madre que lo invitara, que quería conocerlo en persona. Yo usaba de manera irónica las palabras al hablar de Neil. Entonces mi madre lo invitó, tuvimos una preciosa cena de familia hasta que Neil se tomó su postre.. Unas uvas con huesos enormes.. Seleccionadas especialmente por mí para él... Mi plan iba bien, cuando él se atragantó con uno de los huesos yo le palmeé en su espalda y sin que mi madre se diera cuenta, le clavé un pequeño pero afilado y agudo puñal en su espalda. Neil estaba tosiendo, lo cual no podía decir nada..
Mi madre tampoco se dió cuenta y pensó que su muerte se debía a un hueso por un camino incorrecto de las uvas que ella misma le ofreció.

-¿Lo mataste tú?

Samantha estaba boqueabierta sin querer creer lo que decía porque era algo inverosímil, pero su mismo cerebro lo asimiliaba y aceptaba.

-Sam.. Déjame terminar. Mi madre se sentía muy mal por haber perdido a su amante, y yo me dí cuenta de que empezó a engordar.. Le preguntaba siempre qué comía para engordar tan rápidamente.. Hasta que naciste tú. Me ocultaba que iba a tener un hijo con Neil.
Después de unos 4 o 5 meses cuidándote, me dí cuenta que te prestaba demasiada atención que yo no recibía.. Era muy egoísta, de hecho lo sigo siendo..
Más tarde.. cuando tenías año y medio mas o menos, y yo 14, oí un gran golpe en el tercer piso, provenía del baño y allí ví a mi madre, en la bañera.. LLena de sangre se había golpeado la cabeza con el borde de la bañera.. Desnuda y cubierta de sangre me dijo sus últimas palabras... "Rawllet.. quizás me hayas dado más que lo que me podría haber dado cualquier hijo, y eres.. y serás.. mi amor, para siempre", después cerró los ojos y entreabrió la boca para dejar escapar la sangre que aún acumulaba su preciosa boca..
Allí yacía muerta..
Mi madre...

En aquel momento a Rawllet se le escaparon unas meláncolicas y tristes lágrimas que secó rápidamente, en ese instante Samantha se levantó y le abrazó:

-Amo.. Siento lo que ocurrió.. Yo.. No puedo hacer nada, sólo consolarle y serle fiel toda mi vida, me dá igual ser su hermana, seré su mujer hasta la muerte...
Rawllet apretó sus brazos al cuerpo de Samantha y juntos derramaron lágrimas mientras que la fría nieve de invierno caía por la ventana...

I. Atrapada


Ella.. Samantha...
Ella no sabía por qué tenía que sufrir aquellas amenazas y castigos de aquel hombre que decía ser "su amo"..

-Tengo que escapar.. no sabría usar una palabra para describir mi desquicia en este lugar.. tan siniestro.. tenebroso.. y frío.

En ese momento salió aquel hombre.. "su amo" se hacía llamar.. Rawllet.
Era un hombre muy frío que nunca había entablado una conversación con Samantha, sólo le daba de comer una vez al día y la maltrataba con cadenas y robustos pinchos de su cinturón.. Pero un día.. le dijo muy seguro:

-¡Tú! Sí, tú. Tú eres mi esposa.. aunque nadie nos haya casado, lo eres, y lo serás PARA SIEMPRE.

Samantha sabía que él no era así realmente.. ella sabía que "su amo" tenía un gran corazón.. porque a veces le escuchaba hablar solo en su habitación...

-Amo.. ¿Cómo podría demostrarle el amor que siento por usted si lo único que hace es darme dolor y horror en mi cuerpo?

Rawllet la miró girando la cabeza lentamente y dejándo ver su largo pelo rubio que antes estaba oculto tras la capucha de su túnica.. le dijo:

-Sam.. No sabes nada de mi pasado, por mucho que me ames no sabrás nunca lo que es el amor verdadero.. no sabes cuánto daño me hicieron y tú recibirás en tu cuerpo lo que yo sufrí en mi corazón...

Samantha se dió cuenta de que una lágrima corrió por la blanca tez de su amo.. y se dirigió a él con ansia diciendo:

-Me gustaría saber de su pasado.. Cuénteme todo lo que le pasó.

Rawllet enfadado y desquiciado por aquella conversación tan inoportuna que estaban teniendo le contestó:

-¡Calla esa boca de una vez! ¡No tengo por qué contarte nada! ¿De qué me serviría contártelo? ¿A caso eres bruja y sabes solucionar el pasado? ¡No tienes honra de saber!

Cuando Rawllet dijo esto se fue a su habitación dando un portazo con furia en la habitación de Sam, mientras que ésta se quedó muy melancólica pensando que quizás los maltratos de su amo no serían nada comparándolos con el pasado de Rawllet..

-No tengo derecho a quejarme de mi desdicha.. seguro que él lo pasó peor en su pasado.. ¿O no? ¿Qué debería hacer yo?

Samantha quería ayudarle.. Su amor le impulsaba a hacerlo, pero claro, no podía ir con él.. las cadenas de sus manos le apretaban cada día más y se sentía inmóvil e inútil al no poder hacer nada...

viernes, 16 de enero de 2009

Relatos infinitos de una princesa..

Bienvenidos a mi Blog, siento decir que este blog nace del aburrimiento de un día de invierno como otro cualquiera.. sin saber qué hacer en el ordenador de mi habitación y leyendo blogs de amigos que, envidio por su constancia en la escritura, cosa que intentaré tener abriendo un Blog como es éste. Hablaré de cosas interesantes de mi vida fundiéndoles con historias que vaguen por mi cabeza y sean dignas de leer.
Con todo esto decir que espero que os guste mi Blog, empezaré a escribir dentro de poco.. es decir, fecha indeterminada pero confirmada. Gracias a los que os intereséis por mí.. de hecho pienso que esto lo leerán pocos más de 5 personas pero no me importa.. ya que creo que gracias a este Blog podré mostrarme tal y como soy y como creo que nadie cree que soy.. si.. Y con esto me despido:

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x Princesa de un Relato infinito x